¿Reprobar alumnos?
Responda diez preguntas antes de reprobarlos.
El Acuerdo 696 establece diversas disposiciones de acreditación y promoción, de conformidad con cada grado y nivel educativo.
El Acuerdo 696 considera lo cuantitativo y lo cualitativo, establece que es importante considerar los logros y dificultades de los alumnos a la hora de asignar una calificación numérica. A la letra, se mencionan siete principios en el Acuerdo*
Lo invito a que, en reunión de academia, discuta algunas de las las siguientes preguntas con el propósito de crear consenso acerca de los principios del Acuerdo 696.
Diez preguntas antes de reprobar alumnos.
PREGUNTA: 1. ¿Por qué es importante planificar actividades idóneas a los contenidos del bloque?
PREGUNTA: 2. ¿Podrían mis alumnos elaborar preguntas sobre los contenidos que están trabajando?
PREGUNTA: 3. ¿Cómo podría diagnosticar durante un bimestre a los alumnos necesitados de apoyo a fin de mejoren sus aprendizajes?
PREGUNTA: 4. ¿Por qué es importante evaluar, de manera permanente y constante, los aprendizajes del alumno durante todo el proceso bimestral ?
PREGUNTA: 5. ¿Por qué las participaciones de los alumnos en las actividades, así como sus productos parciales y finales, son referentes que debo tomar en cuenta para el promedio bimestral?
PREGUNTA: 6. ¿Por qué es importante informar por qué el alumno reprueba en lugar de limitarse a decir “reprobó”?
PREGUNTA: 7. ¿Considerando los diferentes estilos y ritmos de aprendizaje de mis alumnos, cómo les impacta las calificaciones que les asigno?
PREGUNTA: 8. ¿Qué otras fuentes, además de las pruebas, proporcionan información sobre el desempeño de mis alumnos?
PREGUNTA: 9. ¿Qué diferencia hay entre enseñar la prueba y enseñar para la prueba?
PREGUNTA: 10. ¿Qué otros tratamientos didácticos, distintos a los que he empleado, podría intentar para lograr que mis alumnos aprendan aquéllos contenidos hasta ahora identificados como no aprendidos?
*Siete principios del Acuerdo 696
“a) Que el docente planifique actividades para que los alumnos estudien y aprendan;
b) Que los alumnos se den cuenta de lo que han aprendido y de lo que están por aprender;
c) Que se tomen en cuenta los procesos de aprendizaje, no sólo los resultados;
d) Que se consideren las necesidades específicas de los alumnos y de los contextos en los que se desarrollan;
e) Que la información sobre el desempeño de los alumnos se obtenga de distintas fuentes, no sólo de las pruebas;
f) Que se fortalezca la colaboración entre docentes, alumnos, padres de familia o tutores, y
g) Que se actúe oportunamente para evitar el rezago o la deserción escolar.”
NOTA.-Vea esta importante entrevista a Eduardo Andere, quien nos dimenciona el problema con una visión internacional del panorama educativo.