Conceptos gramaticales
Por Felipe Zayas*
Reproduzco el diálogo que he sostenido esta mañana con una alumna de 3º de ESO tras explicar brevemente, con los correspondientes ejemplos, que algunos verbos indican “acción” pero otros no:
– ¿Sabrías poner un ejemplo de verbo que no signifique “acción”?
– Sí, “estar”.
– De acuerdo. Úsalo con sus argumentos.
-“Yo estoy en mi casa”.
– Muy bien, se ve claro en este enunciado que “estar” no significa acción. ¿Y cuál es su sujeto?
-“Yo”.
-Estupendo. “Yo” es el sujeto. Entonces, vamos a ver. ¿Tú dirías después de esto que “el sujeto realiza la acción expresada por el verbo”?
– Sí, claro.
-Veamos, piensa en el ejemplo que has puesto antes. ¿”Estar” es un verbo de acción?
-No.
– Y en el ejemplo que has puesto, ¿”yo” realiza alguna acción?
-No.
-Entonces, ¿podemos definir “sujeto” diciendo “es quien realiza la acción”?
-Sí, claro. El sujeto realiza la acción.
[…]
Y así hemos seguido un rato: yo tratando de que notara la incongruencia de mantener la definición; ella, porfiando y enfadándose al ver que se estaba poniendo en cuestión una de las grandes verdades de la gramática escolar.
No cuento nada que no nos haya pasado a todos los que tratamos de enseñar algo de sintaxis. ¿Qué nos dice un hecho como éste?
- Que se introducen conceptos gramaticales en la escuela demasiado pronto.
- Que para poder introducirlos, los simplificamos: en este caso, se muestra el sujeto prototípico (el sujeto agente que denota una entidad animada) como definición general de sujeto.
- Que estos aprendizajes simplificados y transmitidos dogmáticamente (al margen de la reflexión del alumnado) son muy resistentes.
- Que de nada sirve tratar de sustituir una explicación (la que los alumnos recibieron en su niñez) por otra más consistente, también transmitida al margen de la reflexión.
- Que para que los alumnos aprendan gramática han de elaborar -con la ayuda del profesor- los conceptos gramaticales a partir de la observación, la manipulación y la reflexión.
- Que vale la pena hacerlo así, no sólo porque es el único modo de que los niños y jóvenes aprender cosas con sentido, sino también porque es muy divertido observar qué caminos siguen en su aprendizaje.