Ambiente de aprendizaje.
Los ambientes de aprendizaje son el conjunto de factores físicos, pedagógicos, personales y culturales que favorecen o dificultan la interacción social y de aprendizaje. Al organizar estos factores de manera que permitan la interacción de la comunidad escolar y los contenidos curriculares, se gestan ambientes positivos para tener experiencias que privilegian el aprendizaje.
La autorregulación consiste en saber regular nuestros pensamientos, sentimientos y acciones para poder lograr nuestros objetivos. En los niños significa que sean capaces de regular lo que piensan, lo que sienten, para que puedan saber manejar sus acciones y responder a cualquier situación que se les presente en la vida, de una manera positiva, productiva, de una manera que sea de beneficio para ellos mismos y a los demás.
Primero que nada les enseñamos con el ejemplo. Un adulto regulado siempre va a ser un ejemplo para que el niño sepa como regularse. La escuela es un lugar donde los alumnos están expuestos a experimentar diferentes emociones. Ahí les ocurren conflictos y podemos aprovechar la oportunidad para que a partir de estos conflictos que se presentan diariamente, enseñarles diferentes estrategias para la autorregulación. Enseñarles qué pueden hacer en vez de pegarle a alguien si es que están enojados, qué pueden hacer en vez de quedarse callados si algo les molestó. La escuela representa un lugar donde se manifiestan muchas posibilidades para enseñar habilidades de autorregulación . La idea es usar todas estas oportunidades como una enseñanza y no como una excusa para parar el comportamiento, para detener el conflicto sin que los niños aprendan algo.
En suma, aprender a autorregularse es aprender a responder en lugar de reaccionar.