La obra de Juan Villoro es una de las más influyentes de la literatura contemporánea en México. Veamos algunas de sus frases tomadas al azar:
“Lo mejor de mí eran los libros, no mi opinión sobre ellos.”
“Me pareció, más que nunca, una mujer escrita en arameo, la mujer que yo no podía leer.”
“El amor tiene una necesidad de absoluto. No me refiero a su carácter posesivo, sino a la necesidad de compartirlo todo y conocer al otro, hasta donde eso sea posible.”
“Hay mentiras necesarias, falsedades que alivian.”
“Lo más importante de los libros son las manos que los entregan.”
“Nuestro grito de guerra “sí se puede” es un recordatorio de que los nuestros casi nunca han podido.”
“En México hay tres clases de basura: orgánica, inorgánica y electoral.”
“El amor es un intérprete obsesivo.”
“No es fácil prestarle los libros a alguien que los ama lo suficiente para no devolverlos. Entre perder una amistad y perder un libro, cualquier bibliófilo prefiere perder una amistad.”
“Me eligió como se elige un libro en una biblioteca. Ignoro si me escogió por el título, el lomo, la portada, la tipografía o por mi ubicación entre los libros. No sé qué clase de texto fui para ella.”
¿Se puede hablar de la lectura en una plaza pública? ¿La lectura como tema en una amplia reunión popular? No hay nada más extraño que lo que ocurre en la vida cotidiana de nuestro país. Fuera de recintos académicos, Juan Villoro cuenta sus anécdotas de lector ante una asamblea popular. La lectura toma la calle.