El cuaderno o libreta es uno de los materiales habituales del estudiante de cualquier nivel educativo.
En el aula, el estudiante usa el cuaderno para tomar notas y resolver ejercicios; luego, hace tareas, elabora resúmenes y muchas cosas más en el mismo cuaderno. En su momento, el alumno muestra su cuaderno al maestro para que éste revise los productos escritos. El cuaderno va y viene de las manos del alumno a las del maestro cuando las clases son presenciales y la interacción personal se vive en el aula.
Con las clases a distancia, el ir y venir del cuaderno se detuvo. El alumno continúa usando el cuaderno respondiendo preguntas y tomando notas, pero luego plasma su tarea en el teclado de la computadora para enviarla vía mail al maestro. De la interacción personal a la interacción virtual obligados por las circunstancias de la contingencia.
Transitar del cuaderno al teclado, tal como está ocurriendo en muchos niños, es una asignatura pendiente de los pedagogos y especialistas: ¿Cómo impactarán la escritura y lectura digitales la apropiación de la lengua escrita de los alumnos?
Al menos durante esta contingencia del Quédate en casa, los cuadernos son usados por los alumnos sólo para anotaciones personales, en virtud de que tales cuadernos no pueden enviarse físicamente al maestro. Si todavía existen maestros que ponderaban la caligrafía en libretas pulcras y forradas con papel lustrina de un color determinado, tendrán que esperar tiempos mejores, pues ahora deberán plantearse indicadores substanciales ( claridad sintáctica, coherencia en la redacción de párrafos…) para evaluar los productos virtuales de sus alumnos.
El “Quédate en casa” ha impuesto la lectura y la escritura digitales como prácticas necesarias y urgentes de estudiantes y maestros. No se trata de “me gusta” o “no me gusta”: la interacción virtual es una consecuencia ineludible de las clases a distancia.
Para los maestros de preescolar a secundaria de las escuelas públicas de México, el mensaje Quédate en casa se traduce como Quédate en casa a revisar las tareas digitales de tus alumnos en el contexto de la programación Aprende en Casa II de la Secretaría de Educación Pública. Los alumnos ven la clase por televisión y luego se conectan vía electrónica con su maestro.
Queda claro que no todo es miel sobre hojuelas en un país con muchas carencias. Buena parte de la población queda injustamente excluida de la era digital y nadie pone en duda la estrecha relación entre el contexto socioeconómico y los recursos tecnológicos. Se repite la constante de que los contenidos educativos son aprovechados por los hogares más favorecidos; la desigualdad económica queda más descubierta que nunca y, sin embargo, la alfabetización digital sigue adelante en las grandes ciudades del país ignorando a muchos sectores marginados.
Cuando pase la pandemia, ¿quedará algo bueno de las clases a distancia? Creemos que sí. Cuando la contingencia del Quédate en casa sea cosa del pasado, muchas buenas experiencias de las clases a distancia llegaron para quedarse en la nueva normalidad educativa.
La experiencia de la lectura y la escritura digitales, reforzadas durante las clases a distancia, están impactando la cultura de la lengua escrita de muchos niños y jóvenes y, como dice la expresión coloquial: Ya nada será como antes.
Excelente artículo Maestro Humberto, felicidades
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Estimado Ignacio: Saludos cordiales.
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